el eBook: evolución y escasez

(Nota: este artículo se publicó originalmente en El Semanario, México, 12/05/2010)

El eBook ha llegado para quedarse. Y me llena de asombro ver como una tecnología tan antigua y admirable como el Libro sufre una mutación crítica. No hablo del contenido transitorio de páginas web, periódicos o redes sociales. Estoy hablando del Libro como entidad encapsulada entre contratapas. Un cambio radical en una tecnología tan bien adaptada no es común. Es como ser testigo de la evolución.

El origen del Libro se puede rastrear a los inicios de la escritura y sus receptáculos. Los experimentos llevaron al “rollo” de papiro, tecnología que presentaba problemas: era difícil de leer y de almacenar, además era un texto sin divisiones estructurales. El rollo fue sustituido por una innovación intrépida: el códice. El aumento en el volumen de escritura desemboca en un cambio de formato que facilita la lectura y la escritura, e introduce el párrafo y el capitulo. El códice permite dividir el texto en secciones para búsqueda, y combina fuentes y comentarios.

Con el cambio de formato se gestaría otra revolución, esta económica: conforme mejora la tecnología la escasez de textos disminuye. La persistencia de la escasez es una de las razones que aun hoy el Libro es símbolo de alta cultura, y que religiones importantes fueran concebidas en torno a un libro que codifica el conocimiento para los iniciados (es decir, los que tenían acceso al elusivo material): el judaísmo, el cristianismo y el islam.

La imprenta de tipo móvil vino a dar una solución elegante al problema de la escasez: las obras escritas se podrían reproducir de forma mecanizada, reduciendo su precio y aumentado el público que pudiera comprarlas. Pero la tecnología que hizo posible el libro moderno no puede negar su origen en una innovación como ninguna otra en la humanidad: el alfabeto y el texto formado por la concatenación de los símbolos. En una época de tremenda escasez de medios escritos y de comunicación, el texto alfabético (a diferencia de otros como el cuneiforme o el jeroglífico) ofrece una solución: la capacidad de reproducción y abstracción. En fin, la evolución tecnológica tuvo como fin principal reducir la escasez natural de obras escritas.

Hoy en día el Libro ha alcanzado su desarrollo pleno. La industria se ha convertido en un negocio masivo, y el antiguo problema de la escasez se ha revertido. La tecnología busca ahora crear una escasez artificial en un producto que permite la reproducción de bajo costo y es legible por humanos y computadoras.

Es pues en esta encrucijada que el eBook se encuentra atrapado. La escasez artificial del Libro es dada por la cantidad limitada de los tomos impresos, y por los precios, un tanto manipulados o regulados, que el mercado estuviera dispuesto a pagar por ellos.  “Out-of-Print” llega a significar escasez absoluta; y la necesidad de recurrir a depósitos especializados – bibliotecas, libreros de viejo o el de coleccionista.

Pero la tecnología subyacente trasciende los métodos de escasez artificial. Con Internet y los medios electrónicos el momento ha llegado. El único método para crear escasez que parece permanecer son las leyes de copyright, que son el freno a la copia abierta y sin costo.

El tema central es el precio. Los creadores de las obras en texto deben ser remunerados. ¿Pero de qué forma? ¿Cómo puedo proteger ideas y texto, algo que cualquiera puede copiar? En tiempos anteriores los autores no podían tener acceso a un mercado y eran sostenidos por las casas reales y los mecenas. La industria editorial moderna ha creado un mercado para los autores. La escasez necesaria fue creada por el modelo de negocio y por las leyes de derecho de autor. Solo que en las últimas décadas hemos pasado del negocio editorial responsable y atento a la producción cultural, al negocio editorial del “Best Seller.” (es decir, invertir mucho en producir y mercadear unos pocos libros de escasa calidad y alto valor comercial, que se a consumen de forma masiva)

El eBook viene a hacer tambalear este entramado del negocio editorial.  De qué forma se justificarán los precios de los libros impresos, si el mismo producto se puede adquirir de forma electrónica, con un costo aparente mínimo. ¿Cómo cubrirán las editoriales entonces sus costos de producción y mercadeo?  Ya sabemos que los clientes de Amazon han boicoteado libros que cuestan más de $9.99. Varias editoriales han reclamado el esquema de precios topados. ¿Podrá ser que se elimine el intermediario y que el autor acceda de forma directa al lector? Parece que en esta cadena de valor agregado hay muchos intermediarios que perderán su sustento.

Los nuevos esquemas de escasez artificial para el eBook se están probando: El DRM (Gestión de Derechos Digitales), los aparatos “cerrados” para lectura (eReader), esquemas de préstamos, el sistema Amazon, los textos con caducidad, etc. Alguna forma de escasez artificial se deberá mantener en el mercado, para permitir al autor ganarse la vida y producir. Pero la solución no va por el lado de tratar de recrear el modelo de “Best Seller” en el ámbito electrónico. Más bien se deben aprovechar las posibilidades del nuevo medio para lograr que el cliente esté dispuesto a cargar el costo de la escasez. Por ejemplo: facilidad de lectura, formación de redes sociales en torno al libro, nuevos modelos de negocio para cubrir costos de producción, publicidad en contexto, multimedia, y más.  Las posibilidades son muchas. Lo que sí es cierto es que el Libro como lo conocemos cambiará y la tecnología tendrá un nuevo paso evolutivo, que la hará aun más resistente para su misión de preservar y difundir nuestra información cultural.

Copyright Oscar Howell, 2010

Twitter: ohowell

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